Cuando abordamos la historia familiar, en casa o en la escuela, debemos reflexionar previamente acerca de la forma en la que queremos tratar este tema con los niños y las niñas para lograr hacer de esta experiencia algo positivo y enriquecedor para todos.
Y es que no siempre hay un padre y una madre, dos abuelos maternos y dos paternos, ocho bisabuelos. A veces nuestra familia no encaja en el formato tradicional de árbol genealógico que conocemos.
Para zambullirnos en este tema hoy entrevistamos a Mireia Nieto, genealogista experta en genealogía viva, diversidad familiar y transgeneracional. Es autora de los libros “Nuevas genealogías. Cómo abordar el árbol genealógico en el siglo XXI” y “Aprende a hacer tu árbol genealógico”.
Mireia ¿Cómo se le cuenta a un niño la historia de su familia?
Con la máxima honestidad posible y según su edad. No es lo mismo hablar a un bebé que a una niña de 6 años o a otra de 9. Un bebé pequeño no se pregunta por su árbol genealógico, aunque experimenta en sí mismo la familia que le ha tocado, pero un niño de 7 años sí. Tenemos que aprovechar su natural curiosidad por el mundo que les rodea para hablar de la familia que tenemos, la que nos rodea y de la que nos ha precedido, que no se ve pero nos influye de muchas maneras.
¿Cómo podemos abordar los padres la tarea de hablar con nuestros hijos sobre situaciones difíciles o dolorosas en la historia de nuestra familia?
Siempre hay oportunidades en el día a día para hablar de nuestro pasado, del dolor que experimentamos cuando murió nuestra abuela, de la rabia que sentimos cuando nuestros padres se divorciaron o de la impotencia de ver que nuestra hermana tuviera anorexia sin poder hacer algo por ella. Los niños y las niñas agradecen que les contemos nuestra verdad aunque sea subjetiva siempre que lo hagamos con cierta serenidad. A nosotros nos puede costar hablar de ciertos temas (muerte, sexualidad, enfermedad, conflictos, etc) por eso es recomendable que nos preparemos primero nosotros antes de hablar sobre ello con nuestros hijos.
¿Qué recursos didácticos recomiendas para ayudar a los padres y educadores con este reto?
Cada madre y cada padre tendrá que hacer un trabajo de crecimiento personal para averiguar qué bloqueos tiene en relación a su historia familiar, hay muchos métodos y técnicas para explorar esta parte de nosotros, hay que elegir el que más respete nuestra idiosincrasia. Mientras, y durante este proceso, los cuentos son una gran herramienta para hablar de temas espinosos para los adultos. En mi blog he recopilado algunos que hablan de duelo y de diversidad familiar.
¿Recomiendas incluir o excluir a algunas figuras conflictivas en el árbol genealógico?
Soy del parecer que no ganamos nada excluyendo a nadie de nuestra genealogía. Entiendo que algunas personas tengan tentación de hacerlo o que lo hagan consciente o inconscientemente. Entiendo que si pasa eso es el reflejo de que esa persona tiene un conflicto no resuelto que se ha estancado en una emoción difícil de gestionar. Eliminar a nuestro padre o nuestra madre de nuestra genealogía porque no han ejercido como tales o han sido violentos, hacer como si los donantes de gametos no existieran, eso no arregla nuestro rencor o nuestro conflicto con los orígenes genéticos de otra persona, es síntoma del bloqueo. Admitir que no hemos resuelto algunos asuntos familiares es un primer paso para solucionarlos. Podemos seguir mintiéndonos sobre nuestro pasado familiar o sobre la genealogía de nuestras criaturas pero eso nos conduce a la negación y la mentira.
¿Cómo se destierra el típico árbol que conocemos y que incomoda a muchos niños con familias diversas?
Buena pregunta que es difícil de contestar. Se destierra simplemente cambiando las plantillas con las que se plasman nuestras genealogías. Dejemos de utilizar árboles genealógicos en los que no caben más que 2 padres, 4 abuelos y 16 bisabuelos y que dejan fuera a hermanos, tíos, primos y mascotas y crean huecos innecesarios, por ejemplo cuando el protagonista solo tiene una madre o padre soltero que lo es por elección.
Yo he creado una plantilla en forma de red genealógica que permite a niños y niñas (también a mayores) incluir a todas aquellas personas que consideran parte de su familia y de su genealogía. He comprobado en talleres con familias y criaturas que eso les da libertad para crear el dibujo de la genealogía que refleja su identidad, el que viven y que no necesariamente tiene que parecerse al de sus padres o tutores.
Muchas gracias por tus aportaciones Mireia. Seguiremos aprendiendo sobre genealogía viva a través de tu blog.
Ideas clave
• Trabajar el árbol genealógico es más que aprender sobre los parentescos familiares.
• Es importante hablar sobre la familia de una forma natural y adaptada al nivel de madurez y de curiosidad de los niños y niñas.
• La transparencia y la sinceridad son fundamentales además de abordar el tema con la mayor serenidad posible. La curiosidad de los niños por su historia familiar puede ser el mejor momento, si no lo hemos hecho antes, de trabajar en los conflictos no resueltos y sanar las heridas que nos acompañan y que inevitablemente se perpetuarán en las generaciones que sigan en nuestra familia.
• En Internet puedes encontrar ideas y plantillas listas para imprimir pero te recomiendo buscar un formato que tenga en cuenta las características propias de tu familia. Mireia nos facilita una propuesta muy interesante en formato de red genealógica.
• Las fotos son un recurso estupendo para hacer un recorrido por la historia familiar.
• ¡No olvides incluir a las mascotas! Es una forma de reconocer el amor y el respeto que sentimos hacia ellas.
• Y recuerda que no hay familias perfectas. Cada familia es especial y única.
Artículo publicado originalmente por Infancia y Educación en febrero de 2016 y actualizado en noviembre de 2017.
Hablar del tema con la máxima honestidad y serenidad – estoy totalmente de acuerdo. Un artículo muy interesante. Gracias!
¡Gracias Angela!
Excelente, muchas felicidades. Siempre he pensado que la base de la sociedad es la familia. Un abrazo.
Desde luego, la familia cobra una importancia vital especialmente cuando somos niños. Un abrazo Erika.