Comparto 10 aprendizajes valiosos que me han regalado estos años de trabajo en las aulas enseñando español en Estados Unidos e Inglés en España:
- Todos los niños y niñas son valiosos y tienen algo importante que compartir y mostrarnos a los adultos, es cuestión de mirarles y escucharles con atención para ver qué tienen que decirnos y qué podemos aprender de ellos. Si estamos a su lado, es importante estar bien, con presencia plena y serena, disfrutando de lo que hacemos, siendo responsables y aprendiendo a establecer límites en el resto de tareas que rodean nuestra labor profesional (en este punto tengo mucho que mejorar todavía!)
- Aprender un segundo idioma es un reto grande, especialmente cuando no está presente en la vida del niño/a, en su familia o entorno. El proceso supone un gran esfuerzo y es fuente de frustración en muchos casos, por eso es tan importante que les ayudemos a identificar los progresos y los pequeños pasos que van dando en el camino.
- No hay una sola forma de aprender y es necesario planificar las clases atendiendo a los diferentes estilos de aprendizaje y estrategias que cada uno utiliza, inconscientemente, para acercarse al conocimiento e integrarlo. La planificación anual, trimestral, mensual y semanal, además de una exigencia en la mayoría de escuelas, es una herramienta muy útil para visualizar nuestras clases y preparar los contenidos y actividades a desarrollar, siendo flexibles y dejando espacio a la espontaneidad, tan necesaria en la atención educativa y en las relaciones humanas.
- Un elemento que valoran es nuestra presencia, sentir el compromiso diario, nuestra entrega y confianza en ellos y en el proceso curso tras curso (al menos lo que dura un ciclo escolar), acompañándoles y sosteniéndoles en sus dificultades.
- La diversidad siempre aporta valor aunque nos enfrente a retos. Un grupo heterogéno permite el aprendizaje social, un elemento muy valioso, saludable y necesario en el desarrollo integral del niño/a.
- Ser conscientes de quiénes somos y sentirnos seguros de nosotros mismos, siendo auténticos, a la vez que conscientes de los aspectos en los que debemos mejorar y dando pasos en la transformación y mejora constante. Si queremos fomentar la conexión emocional y la confianza debemos ser y mostrarnos verdaderos, coherentes.
- Uno de los retos más importantes a los que me he enfrentado en estos años, es el de encontrar el equilibrio entre el cuidado del proceso y la atención de las necesidades de los niños y niñas a la vez que se aseguran los objetivos curriculares establecidos y los “resultados” visibles que se esperan del proceso de aprendizaje. De igual forma establecer un balance entre acompañar y generar vínculo a la vez que respetamos las individualidades y fomentamos la autonomía de cada niño/a.
- No hay un acento mejor que otro. Lo importante es hablar correctamente el idioma, conectar emocionalmente con los niños y contar con las herramientas pedagógicas necesarias para acompañar al grupo y a cada niño y niña de forma individual, enfrentando los retos propios de la convivencia y del mundo complejo en el que vivimos.
- Lo que no se utiliza, ni interesa, se olvida. Lo ideal, en términos de aprendizaje significativo, es que haya coherencia entre lo que se aprende y se fomenta en la escuela y en la familia, entendiendo que son contextos diferentes pero que deben caminar de la mano para que el proceso tenga un mayor sentido para el niño/a.
- He aprendido a reconocer mis fortalezas, a valorar mi experiencia y a aceptar mis limitaciones, a reconocerme como una educadora en constante aprendizaje, abierta a explorar diferentes formas de conectar con los alumnos/as y de enfrentar los retos de nuestro tiempo.
Nuestra labor trasciende del aula, no perdamos esta perspectiva más amplia que guía nuestro camino y da verdadero sentido a nuestro compromiso con la infancia y con la educación, elemento vivo en constante evolución.