¡Me encanta hacer deporte! Durante quince años he practicado atletismo. Era mediofondista; durante el invierno entrenaba y competía en cross y cuando llegaba la temporada de pista al aire libre me dedicaba a saltar obstáculos.

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Con el paso de los años he sabido apreciar todo lo positivo que me ha aportado praticar este deporte durante mi infancia y mi adolescencia.

Entre los beneficios físicos, qué duda cabe que el atletismo es un deporte que desarrolla la musculatura, la resistencia física o la capacidad pulmonar. En cuanto a lo psicológico este deporte te ayuda a forjar tu personalidad, a ganar confianza en tí mismo, a aprender a levantarte cuando te caes y a seguir adelante cuando estás atravesando un desierto. Aprendes a ser disciplinado. La capacidad de esfuerzo y superación se desarrollan de un modo que no eres capaz de reconocer hasta pasados los años o hasta que alguien te lo dice y entonces empiezas a pensar y conectas con esa etapa de tu vida. En lo social conoces a personas que acaban formado parte de tu familia.

Nunca supe muy bien cuál era el límite. Pensaba que con esfuerzo y trabajo duro podría llegar hasta donde me propusiese. Y llegué lejos (aunque no tan lejos cómo había soñado je, je que era competir en unos JJ.OO!)  Sin embargo un día llegó la hora de priorizar y decidí centrarme en mi carrera, luego en el trabajo y….¡ hasta hoy!

Supongo que a muchos padres les preocupa la presión que la competición puede generar en sus hijos y en realidad lo comprendo porque sí que la hay, sin embargo hay muchas formas de disfrutar del deporte sin tener que competir. Lo importante es animar a los niños a que hagan deporte desde pequeños, el que les guste, y acompañarles en el proceso. Esto es fundamental. Recuerdo que muchas veces me enfadé con mi padre porque  no me apetecía entrenar o no quería madrugar un domingo después de haber salido a bailar con mis amigas la noche anterior, pero rápidamente se me pasaba porque realmente disfrutaba corriendo y sólo necesitaba ese pequeño empujón para ponerme en marcha.

Durante mi embarazo nuestra profesora de yoga siempre comparaba la experiencia del parto con una carrera de fondo. “Hay que llegar preparadas física y psicológicamente” decía. Y eso sólo para colocarte en la línea de salida, luego suena el pistoletazo  y es cuando realmente empieza la carrera de la maternidad. Un camino precioso pero largo y duro.

No se si volveré a correr alguna vez,  pero lo que sí que tengo claro es que el DEPORTE ha sido una pieza clave en mi vida y la balanza se inclina, sin lugar a dudas, hacia el lado bueno de todo lo que me ha aportado practicar atletismo.

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