Desde los años sesenta numerosas publicaciones científicas han probado empíricamente los beneficios de comenzar el aprendizaje de la segunda lengua en la edad temprana. Autores como Penfield y Roberts (1959) o Lenneberg (1967) hablan de la primera infancia como el periodo crítico para empezar el proceso de aprendizaje de la segunda lengua, a la vez que se adquiere la lengua materna. Los estudios ponen de manifiesto que si los niños entran en contacto con la segunda lengua de forma natural, estable y continua, desde el nacimiento hasta aproximadamente los tres años, esta se adquiere de manera simultánea a la lengua materna y por lo general, si se continúa con el proceso en las siguientes etapas del desarrollo, las posibilidades de dominar la segunda lengua son más elevadas que si no se ha expuesto al niño a los sonidos y a la interacción con el idioma.
Además los autores hacen alusión a factores neurobiológicos, cognitivos, afectivos, motivacionales y relacionados con la personalidad del niño, como decisivos en el proceso de aprendizaje de una segunda lengua. Y es que no todos nos criamos en el mismo entorno, ni bajo las mismas circunstancias; no todos tenemos las mismas capacidades ni los mismos intereses.
Hoy hablamos sobre experiencias personales con familias que están criando bilingüe o multilingüe en diferentes partes del mundo y nos adentramos en el reto que supone hacerlo cuando el segundo o tercer idioma que están aprendiendo nuestros hijos no está presente en la cultura en la que vivimos como familia. Muchas gracias a Erica Mirochnik, Minerva Ortega, Maite Jiménez y Hannah Busch por su valiosa contribución al tema que tratamos hoy en el blog de Infancia y Educación: Crianza bilingüe; cuando son varios los idiomas que llevamos en el corazón.
Hola, mi nombre es Erica, soy argentina, he vivido en Buenos Aires, París, Montreal y actualmente resido en Nueva York. Mi idioma nativo es el español, y en mis años de adolescente tomaba cursos extra escolares de inglés, pero no tenía donde practicarlo fuera de los cursos. Mis dos hijos nacieron en París y desde el primer día su cotidianeidad fue en español y francés. La escuela se encargaba del francés con exclusividad y en casa el español. Luego de mudarnos a Montreal, los niños continuaron con el francés y comenzaron con el inglés y el hebreo, este último con menor dedicación. Al mudarnos a Nueva York, el inglés tomó protagonismo en la vida de mis hijos, pero el español sigue siendo la lengua por excelencia que se habla en casa. El francés ocupa hoy otro lugar, desde actividades extra escolares para uno y como segundo idioma en el cole para otro.
Siendo psicopedagoga he ejercido mi profesión desde diferentes perspectivas en cada uno de mis lugares de residencia. El tema del bilingüismo y el multilingüismo se plantearon como consultas constantes, junto a la necesidad de muchas familias de encontrar apoyo en su adaptación a una nueva ciudad. Desde hace 4 años dirijo
Mamás por el Mundo una consultora para familias que viven en el extranjero, donde ofrezco asesoramiento y orientación para temas como el aprendizaje de una nueva lengua, la adaptación a una nueva cultura, la elección de una escuela den el extranjero, entre otros.
• ¿Cómo es la vida de una mujer que salió hace más de 20 años de su Argentina natal y ha vivido en más de tres países diferentes? ¿Cuál ha sido tu experiencia con los idiomas?
Es una vida como la de cualquier otra mujer, llena de hermosos momentos y de otros no tan buenos, de obstáculos y de logros. Vivir lejos le agrega retos para los cuales tienes que desarrollar nuevas estrategias. Me mudé a Francia y allí comencé de cero a aprender francés a los 26 años y aprovechando que estaba allí tomé todos los cursos posibles y dediqué mucho tiempo a interactuar socialmente, a disfrutar todo lo que la ciudad y el país me ofrecían. Eso me dio alas para luego trazarme objetivos más ambiciosos a nivel profesional y personal. El inglés también ha formado parte de mi vida laboral y privada desde los comienzos y es allí donde comencé a darme cuenta de las puertas que me abría el hecho de ser multilingüe.
• ¿Cómo has vivido la maternidad lejos de tu tribu?
Vivir la maternidad lejos de la familia, y en mi caso, en la época en la que aun el Skype recién aparecía y el Whatsapp no existía, implicó un descubrimiento de mis propias capacidades como mujer. La distancia es algo ineludible y no se puede vivir peleado con ello, así disfruto al máximo de la experiencia, a pesar de los desafíos logísticos que supone estar lejos.
• ¿Qué idioma/s hablan tus hijos? ¿qué cultura forma parte de su identidad?
Mis dos hijos han tenido un proceso de aprendizaje de idiomas muy similar, con ambos nos hemos planeado el mismo camino, es decir mantener el español en casa, como lengua “oficial” de la familia y motivarlos a que sea el idioma exclusivo de comunicación entre ellos. La diferencia de edad más la mudanza de país han hecho que mi hijo mayor aprenda a leer y escribir en francés en la escuela y el dominio que tiene hoy es mucho mayor que el de mi hijo menor, quien tenía apenas 3 años y que luego de mudarnos a Montreal se incorporará un tercer idioma (el inglés) en su rutina escolar. Ambos hablan español, inglés, francés y hebreo. Un idioma es para ellos una herramienta de comunicación, una fuente de cultura y una conexión con su propia historia de vida.
• ¿Qué le recomendarías a las familias que por razones laborales cambian de país y tienen que enfrentarse con las dificultades propias de vivir en una cultura diferente a la originaria?
Lo importante es tener claro las razones por las que emprenden ese viaje que trae muchos desafíos pero también muchas satisfacciones. Los miedos son los que suelen asaltarnos en primera instancia, y es lógico. Lo importante es informarse acerca del lugar a donde se muden, ya sea desde lo institucional hasta la forma de vida. Estar abiertos a escuchar y a aprender es lo que hace que la experiencia sea provechosa y enriquecedora en todo sentido y para todos los miembros de la familia.
Hola soy Maite, una catalana nacida en Barcelona. En el 2006 me fui a vivir a San Francisco, California, y ahora vivo en Austin, Texas. Crecí en Barcelona hablando tanto catalán como español de forma bilingüe. El catalán es mi lengua materna y la que hablo con mis hermanas y muchas amistades. El inglés lo aprendí en la escuela, pero no fue hasta que llegué a los Estados Unidos que lo aprendí de verdad. Mi compañero de vida es americano, y con él hablo tanto en español, que habla perfectamente, como en inglés. Tenemos una hija de 5 años, con la que yo hablo en catalán, su padre en inglés, pero que también nos escucha hablar en español. Además va a una “preschool” bilingüe inglés – español desde los tres años y medio.
Llevo en el corazón los tres idiomas porque forman parte de mi vida y en cada uno de ellos hay personas a las que quiero mucho. En catalán, a toda mi familia, que son de Barcelona. En español, a muchísimos amigos, algunos de Barcelona, y otros muchos de otras partes de España o del mundo. En inglés, a mi pareja, su familia, y muchos amigos americanos.
Desde que nació mi hija, siempre le he hablado en catalán. Nunca he utilizado español ni inglés. Creo que esta ha sido la clave para que ella me hable en catalán. Hacemos muchas cosas en catalán, leemos cuentos, escuchamos canciones, cocinamos, vemos dibujos animados, y hablamos por Skype con la familia en Barcelona. Escribimos cartas a su “pen pal” catalana que vive en Irlanda, y le estoy enseñando las letras y los números en catalán. Mi hija ha viajado a Barcelona en cuatro ocasiones, y después de cada viaje su catalán ha mejorado mucho. Yo estoy muy feliz porque ella siempre me habla en catalán y me siento muy a gusto ya que es mi idioma materno, con el que expreso mejor mis emociones y sentimientos. Tenemos una conexión muy especial y creo que es por hablar las dos en mi idioma materno. Hace poco me dijo que cuando tenga una bebe le hablará en catalán!
Pero a parte del Catalán, en casa, con amigos, y en la escuela, también hablamos en español. Lo hablamos mi pareja y yo a diario. Él lo habla muy bien, y de hecho nos conocimos hablando en español. Nuestra hija nos dice muchas veces que quiere hablar español, y desde los 3 años ha asistido a una “preschool” bilingüe en la que las maestras hablan español. Su mejor amiga es americana y española, y aunque ya no vive en Austin, compartió con mi hija unos años preciosos. Así que mi hija ha vivido en un ambiente trilingüe desde que nació.
En cuanto a recursos didácticos, pues son muy básicos: cuentos, canciones, películas, revistas, radio, juegos. Cada noche leemos uno o dos cuentos. Intento leer en varios idiomas, tanto en español, ingles como en catalán. Pero le leo muchos más en catalán ya que leo e interpreto los cuentos mejor en esta lengua. En casa hacemos muchas manualidades y dibujos, y mientras, escuchamos canciones o cuentos narrados por la radio. Nos encantan los cuentos narrados por que no tenemos imágenes y hay que prestar atención para entender el cuento. Mi hija ha escuchado de esta manera muchísimos cuentos en catalán desde muy pequeñita. Tantos, que empecé una pagina de facebook “Aprenc català escoltant contes i cançons” para ir guardando todos los títulos de los cuentos y canciones y los enlaces para poderlos escuchar por internet. En Austin es difícil encontrar materiales en catalán. En cambio hay muchos libros infantiles en español en las bibliotecas públicas, donde también ofrecen la hora del cuento en español. A veces invierto dinero en la compra de libros o música en catalán por amazon y tengo una suscripción a spotify para las canciones y cuentos narrados. También recibimos mensualmente desde Catalunya una revista infantil, y cada fin de semana escuchamos un programa de radio infantil que se emite en una emisora de radio catalana. Hay un grupo de facebook que también me ha ayudado con dudas que me han ido surgiendo, se llama “Quan el català és minoria”, y está formado por familias de catalanes que viven en el extranjero y que hablan a sus hijas e hijos en catalán.
Mi hija empezará “Elementary school” el año que viene. Ya hemos visitado una escuela y durante este mes visitaremos dos más. De las tres escuelas ninguna es bilingüe. Tenemos varias escuelas bilingües cerca de casa, pero de momento hemos priorizado otros aspectos más que la enseñanza en español. Por ejemplo que tengan espacios verdes, o que ofrezcan sexto grado. Así que no creo que pueda aprender español en la escuela hasta que empiece el “middle school” a los 12 o 13 años. Espero que mi experiencia os ayude si tenéis hijos bilingües o trilingües en casa y vivís en otro país en el que vuestro idioma materno no se habla en la calle.
Un abrazo! Maite
¡Hola! Soy Minerva, criada en Guadalajara, México, he vivido en varios estados de México y de Estados Unidos. Mi idioma nativo es el español, aprendí inglés hasta los 20 años cuando estaba estudiando mi carrera profesional y lo hice porque sabía que era una necesidad para buscar empleo, sin embargo nunca me gustó el inglés.
Hace 5 años nació mi hijo y vivíamos en Estados Unidos, tenía muy claro que tendría que ser criado bilingüe desde un principio para que no viviera la frustración de aprender un idioma de adulto. Así que cuando nació no sabíamos cómo criarlo bilingüe, después de investigar empezamos con OPOL (one person one language), le hablábamos en español y yo un poco de inglés y más tarde, ya de regreso a México, cambiamos a ML@H (Minority Language at Home).
A partir del desconocimiento y de la búsqueda por saber como hacer una crianza bilingüe nació la idea de fundar el blog Reto Bilingüe con la idea de compartir mis experiencias, mis recursos y mis consejos a otros padres de familia en la misma situación. Ahora Reto Bilingüe es una comunidad de familias bilingües alrededor del mundo, nuestra página cuenta con videopodcast con consejos de varias familias y expertos en el tema además del directorio de recursos para la educación bilingüe.
• ¿Cómo ha cambiado vuestra vida tras el paso por Estados Unidos?
El cambio ha sido muy grande especialmente al aprender más sobre otras culturas y poder comprender el bilingüismo desde otra perspectiva. Para mí vivir en Estados Unidos me brindó la oportunidad de conocer la cultura americana y me ha ayudado a romper paradigmas.
• ¿Cuáles han sido los diferentes momentos que habéis vivido con tu hijo con respecto a los idiomas?
Pues en realidad han sido muchos, el día a día es lo más importante; hablar en casa español e ir a la escuela y hablar en inglés con su maestra, amigos o padres de los amigos hace que constantemente estemos cambiando entre un idioma u otro. Algunos de los acontecimientos más importantes en nuestra vida fue su primer día en el preescolar a sus 2 años en Estados Unidos, para mí fue la prueba de fuego porque yo fui su primer maestra de inglés es decir la que le introdujo el idioma, mi objetivo es que en su escuela no tuviera problemas de entendimiento y la verdad es que funcionó todo súper bien como cualquier niño monolingüe americano. Pero algo que a su corta edad descubrió es que a sus 3 años hablaba otro idioma, un idioma que los maestros o amigos no hablaban, para él era un idioma secreto y cuando no quería decir algo para que los demás lo entendieran me lo decía en español.
• ¿Qué recursos son los que más utilizáis en casa para practicar los dos idiomas?
Esta pregunta me encanta porque siempre he pensado que la combinación de recursos es el éxito, para mí todos son igual de importantes ninguno es mejor que otro, cada uno tiene su función. Siempre trato de equilibrar los recursos: flashcards,videos, libros, música, Apps, videollamadas con nativos, actuación, presentaciones en público, juegos, rutinas etc. Pero definitivamente mi mejor recurso siempre ha sido la inmersión tener la oportunidad de vivir entre México y Estados Unidos en contacto con personas que hablan la lengua nativa le ha dado a mi hijo una ventaja enorme sobre aquellos niños que nunca han podido tener el contacto con un nativo.
• ¿Cuáles son los principales retos y dificultades a los que se enfrentan las familias que están queriendo enseñar un segundo idioma sin ser nativos?
Las familias hispanas que comparten sus experiencias en Reto Bilingüe nombran principalmente el hecho de no dominar el idioma, la inseguridad de comunicarse en una lengua que no es la propia, la vergüenza de hablar en público, a veces se hace difícil acceder a recursos disponibles que apoyen la crianza bilingüe y en algunos casos mencionan el hecho de que es complicado encontrar a educadores que tengan un buen nivel del idioma en cuestión.
• ¿Crees que realmente se puede educar bilingüe en un entorno no bilingüe?
¡DEFINITIVAMENTE SÍ! Y lo pongo en mayúsculas pues justo a eso me refería cuando hablaba de romper paradigmas, al vivir en en Estados Unidos con familias de diferentes culturas y países te dabas cuenta que llegar a sus casas era como si llegaras a otro país, con tan solo tocar la puerta del vecino. Así que ahora que vuelvo a vivir en México hago lo mismo, cambio el entorno y el idioma, me aseguro que la radio, televisión, el idioma que hablamos todos en casa sea inglés, la escuela es bilingüe, las videollamadas con nuestros amigos americanos mantienen nuestro entorno lo más similar posible a una familia americana, e incluso al salir de casa hablamos inglés en la calle entre nosotros, también buscamos familias con los mismo intereses y organizamos playdates para que mi hijo siga practicando el idioma.
En general crear un entorno bilingüe hoy en día con la tecnología es mucho más fácil solo tienes que hacer un click y tienes la información de lo que buscas en otro idioma, lo imprimes, pones videos, escuchas radio, podcast, audio libros, video llamadas en tu celular, whatsapp.etc. Ahora en la palma de tu mano te puedes mantener en contacto con personas del otro lado del mundo, la parte más difícil es mantener la disciplina y el entusiasmo por rodearte de un entorno bilingüe.
Hola, soy Hannah. Nací en Alemania y me he criado en un pueblo cerca de Hamburgo. Mi lengua materna es el alemán bajo, mi lengua paterna es el alemán. Cuando terminé el bachillerato estuve un año en Australia trabajando y viajando. Después estudié un Bachillerato en Lengua y Comunicación en Marburg y Sevilla y un Máster en Enseñanza de Alemán como lengua extranjera en Leipzig y Salamanca. Mis hijos nacieron en 2013 y 2015. Ahora vivimos en Sevilla, mi pareja es sevillano y en casa hablamos español con él, pero entre mis hijos y yo siempre hablamos en alemán (y entre ellos también hablan alemán).
• Mi primer hijo nació en Alemania aunque ya vivíamos en España y mi segundo hijo nació en España. Siempre pensé que si tuviera hijos les hablaría en alemán bajo porque es el idioma que hablo con mi madre, mis hermanos y mis abuelos. Es un idioma antiguo que se está muriendo y que poca gente de mi generación domina. Pensaba eso antes de saber que el padre de mis hijos iba a ser español y que iba a criar mis hijos en España. Cuando nació nuestro primer hijo tenía claro que la decisión en que idioma le iba a hablar yo iba ser entre alemán y alemán bajo. Sabía que no quería hablarle en español. Al principio me resultó difícil de hablarle siempre en alemán porque ni mi pareja ni nadie de nuestro entorno entendía alemán. Así que en muchas situaciones a mi hijo le hablaba en alemán y después tuve que traducir un resumen de la conversación al español. Cuando mi hijo ya sabía hablar y mi pareja ya más o menos entendía todo dejé de traducir. Además cambié un poco mi actitud con la mentalidad que a quién le interesaba de que hablábamos mi hijo y yo en “nuestro idioma” que nos preguntara. De sentirme un poco incomoda con las “conversaciones secretas” que tenía con mi primer hijo en medio de un grupo de gente hispanohablante sea en reuniones familiares o simplemente en los columpios, he pasado a sentirme muy a gusto y segura con la crianza bilingüe de mis hijos. Con mi segundo hijo todo ha sido muy fluido.
• Para que mis hijos tengan vínculo con mi lengua y mi cultura aquí en Sevilla creamos un grupo de juego libre con niños que por parte de madre o parte también son alemanes. Quedamos en parques o en casa de cada uno y los niños juegan libremente. Es curioso ver como dependiendo de quién habla con quien cambian se hablan en alemán o en español. Las madres todas hablamos en alemán tanto entre nosotras como con los niños. Por otro lado tenemos mucha visita de Alemania tanto de familia como de amigos. Mínimo dos veces al año vamos a Alemania y cada vez nos quedamos 2-3 semanas. Además les cuento muchísimos cuentos a mis hijos para que su vocabulario no solo se limite a las conversaciones cotidianas.
• Un reto importante es que mis hijos entre ellos hablan alemán y de momento funciona. Ahora mismo no veo ninguna dificultad en la crianza bilingüe también porque vivimos en un entorno muy multicultural y multilingüe aunque sé que hay madres o padres que no les hablan a sus hijos en su idioma materno porque les da vergüenza a ellos o a los niños porque no quieren ser diferentes. En el futuro puede ser una dificultad que aprendan a leer y escribir en alemán, pero todavía no me preocupa 🙂 .
Para que haya un verdadero aprendizaje nuestro corazón y nuestro cerebro necesitan emocionarse. Así que ya sea porque lleves varios idiomas en tu corazón o porque el aprendizaje de un segundo idioma te resulte apasionante y desees vivir esta aventura en familia, no olvides que más allá del aprendizaje instrumental los idiomas nos hablan de identidad, de diversidad cultural, de respeto, de vivencias, de expresión de ideas y sentimientos y sobre todo son, o deberían ser, un nexo de unión entre las personas. No hay mayor “éxito” que lograr que la familia disfrute y que el aprendizaje y la práctica diaria perduren en el tiempo y conecten a nuestros hijos con otras personas y culturas diferentes.
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