“La diversidad no debería ser vista como un problema a superar, sino como un recurso enriquecedor para apoyar el aprendizaje de todos” Atzegi, 2012.
Los primeros años de la vida de un niño son muy importantes para su salud y desarrollo físico, intelectual, emocional y social. Los padres, los profesionales de la salud y los educadores debemos trabajar juntos para asegurar que crezcan y se desarrollen de forma saludable y alcancen su máximo potencial. Desde el nacimiento hasta los 5 años de edad, el niño debe alcanzar ciertos indicadores del desarrollo en relación con la forma en que juega, aprende, habla y actúa. Aunque cada niño se desarrolla a su propio ritmo y hay un margen amplio para ir cumpliendo con los indicadores de un desarrollo “normotípico”, un retraso pronunciado en cualquiera de estas áreas podría estar indicando que hay una dificultad en su desarrollo. ¿Cómo afecta esta circunstancia a la escolarización del niño? ¿Cuándo se realiza el diagnóstico y quién determina los recursos educativos necesarios para asegurar el progreso del niño en el ámbito escolar? ¿Qué sucede cuando el desarrollo es “normotípico” pero al iniciar la etapa escolar se identifican problemas de aprendizaje?
Hoy hablamos de diversidad, de inclusión, de niños y niñas que requieren de una atención educativa diferente a la ordinaria y de medidas de apoyo específicas.Hoy nos aproximamos a una realidad cotidiana pero compleja y lo hacemos de la mano de dos expertos profesionales en el ámbito educativo: Marta Burgué Salido y Jesús Jarque García.
Marta Burgué es Pedagoga Especialista en Atención Temprana y Directora del Centro de Atención Temprana y Tratamientos Psicopedagógicos Iria.
Marta ¿ Qué significa que un niño necesita ayuda durante su escolarización?
El desarrollo de los niños y las niñas varía muy significativamente de unos casos a otros. En ocasiones, nos encontramos con alumnos y alumnas que, durante un periodo de su escolarización determinado o a lo largo de toda ella, necesita algún tipo de apoyo y/o atención educativa específica:
Hablamos de necesidades educativas especiales (NEE) cuando el alumno, durante un periodo de su escolarización determinado o a lo largo de toda ella, requiere determinados apoyos y atenciones educativas específicas para superar las dificultades que presenta en la adquisición de los diferentes objetivos marcados en el currículo escolar debido a una discapacidad o trastorno grave de conducta.
En cambio utilizamos el término ACNEAE cuando, según recoge la ley educativa española vigente (LOMCE, Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa), nos referimos al alumnado con necesidad específica de apoyo educativo por encontrarse en alguna de estas situaciones:
En todos estos casos el centro escolar debe contemplar programas específicos de apoyo que atiendan a la diversidad del alumnado y que traten de asegurar su éxito en el proceso educativo.
¿Cuándo se identifica que el niño requiere de estas medidas especiales en la escuela?
Para poder establecer la puesta en marcha de una serie de medidas especiales en la escuela, es necesario identificar las dificultades que presenta el niño o la niña. En ocasiones se detectan cuando se ha incorporado a la vida escolar, siendo el propio centro educativo el que deriva al Equipo de Atención Temprana cuando hablamos de escuela infantil (niños de 0- 6 años) o al Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica del propio centro cuando nos referimos al colegio. En otras ocasiones dichas necesidades, se identifican previamente ya que es la propia familia la que, antes de empezar a llevar a su hijo a la escuela infantil o al colegio, detecta que “algo no va bien” (no habla, no camina…); o es el pediatra el que, a través de los protocolos establecidos (revisiones periódicas), detecta que existe alguna dificultad e inicia el protocolo de valoración del niño a través de los equipos especializados (sanidad, servicios sociales…).
¿Qué es la Atención Temprana y cómo trabajáis con los niños, con sus familias y con los centros educativos?
Los programas de Atención Temprana consisten en la potenciación máxima de las posibilidades físicas y mentales del niño, mediante una estimulación continuada y regulada. No se trata de presentar al niño el mayor número de estímulos posible, sino de seguir las bases y técnicas científicas basadas en el amplio conocimiento que se debe tener sobre el desarrollo del niño en sus diferentes edades. Los programas de intervención están dirigidos a niños de entre cero y seis años, que por sus condiciones biológicas y/o psicosociales presenten trastornos en su desarrollo o con riesgo de padecerlos. Asimismo, estos programas tienen en cuenta a la familia y al entorno del niño, facilitándoles constante información sobre el desarrollo del tratamiento. En todo este proceso resulta vital la implicación y el trabajo con la familia, para favorecer la interacción afectiva y emocional, así como la eficacia de los programas. Del mismo modo, mantenemos un contacto contínuo con otras instituciones (centro escolar, centros de salud, centros de tratamiento…) para coordinarnos en el tratamiento del niño y conseguir que avance en su desarrollo.
Por último ¿qué es la educación inclusiva y por qué consideras que este enfoque es fundamental en el siglo XXI?
La escolarización del alumnado con necesidades educativas especiales y su atención educativa deben fundamentarse siempre en los principios de normalización e inclusión escolar. La educación inclusiva es un modelo que da respuesta a las necesidades de aprendizaje de todo el alumnado, sin excluir a nadie. Es un gran reto porque requiere flexibilidad y fundamentalmente recursos extraordinarios pero las escuelas tienen que encontrar la manera de educar con éxito a todos los niños y niñas. Para hablar de inclusión no basta con asegurar la presencia de estos alumnos con necesidades educativas especiales en la escuela, el concepto implica que todo el alumnado aprenda y progrese al máximo de sus capacidades y todos participen activamente en la vida escolar.
¡Muchas gracias Marta!
Jesús Jarque García es pedagogo, Máster en Psicología y Gestión familiar, miembro de la Sociedad Española de Pedagogía. Máster en Coaching Pedagógico y Educacional y Orientador en Educación Infantil y Primaria.
Jesús ¿Cómo se realiza el diagnóstico de los niños con necesidades específicas de apoyo educativo y cuál es el protocolo de actuación en la escuela?
El modelo teórico o ideal establece que en la escuela no se realizan diagnósticos, sino que en la escuela se detectan necesidades educativas. Los diagnósticos se realizan y establecen en el ámbito clínico y sanitario.
De esta forma, siempre según el modelo teórico e ideal, los niños deberían ser detectados y diagnosticados en el ámbito sanitario y clínico. Y una vez diagnosticado, la escuela establecer las posibles necesidades educativas y orientar la respuesta educativa. Pero la realidad es bien distinta: generalmente es en la escuela donde se detectan la mayoría de trastornos que aparecen en la escuela y es más tarde cuando el ámbito clínico o sanitario, confirma o no, las hipótesis diagnósticas establecidas desde el contexto escolar.
El proceso real varía mucho de unas comunidades autónomas a otras (al igual que sucede en EE.UU. con los diferentes estados) e incluso de un centro educativo a otro. Generalmente “la voz de alarma” la dan los tutores, cuando aprecian signos de sospecha o simplemente desajustes significativos en un niño respecto al promedio del grupo y lo hacen a los responsables de los servicios de orientación que realizan la evaluación psicopedagógica del alumno. De esa evaluación se desprende si presentan o no necesidades específicas de apoyo educativo y se orienta la respuesta educativa.
¿En qué consisten fundamentalmente las medidas extraordinarias de atención a estos alumnos?
- La modificación significativa del curriculum: Por tanto, añadir y/o suprimir algunos de los elementos prescriptivos: objetivos, criterios de evaluación, contenidos, competencias clave, etc. Es decir una adaptación curricular significativa para las necesidades concretas de un alumno.
- Cambios esenciales en el ámbito organizativo.
- Modificaciones en los elementos de acceso al curriculum. Por ejemplo, el aprendizaje y uso de un sistema alternativo de comunicación, el uso de equipos electrónicos o informáticos específicos, la adaptación de mobiliario o material, la supresión de barreras arquitectónicas, etc.
- Cambio en la modalidad de escolarización. Las modalidades de escolarización son tres: escolarización ordinaria, en centro específico de educación especial o escolarización combinada en centro ordinario y específico.
- La dotación de recursos personales educativos de carácter extraordinario. Por ejemplo, especialistas de Audición y Lenguaje, Auxiliar Técnico Educativo, etc.
- En el caso del alumnado con altas capacidades, las medidas extraordinarias de atención a la diversidad pueden ser la flexibilización curricular o la aceleración.
¿Con qué recursos cuentan las escuelas para atender estas necesidades específicas?
Respecto a los recursos humanos especializados, las escuelas públicas cuentan con los especialistas de Pedagogía Terapéutica y los especialistas de Audición y Lenguaje, principalmente. La dotación de estos recursos varía de unas comunidades autónomas a otras y depende además, del número de alumnos con necesidades educativas especiales, que en la evaluación psicopedagógica, se determinen que precisan estos recursos. Además cuenta con todas las medidas ordinarias y de refuerzo educativo y apoyo. En cuanto a los centros privados concertados suelen contar al menos, con algunas dotaciones de especialistas de Pedagogía Terapéutica. No siempre de especialistas de Audición y Lenguaje. Y en los centros privados no subvencionados con fondos públicos, los recursos dependen de cada caso particular.
¿Cómo hablamos con los niños de sus necesidades especiales? ¿Y con sus compañeros?
Este siempre es un tema delicado, pero necesario. En teoría, siempre que estén capacitados para ello, los niños deben estar informados de su situación. Es algo que deben hacer las familias, o en su caso, los profesionales, pero siempre con la autorización de las familias. Normalmente los niños aceptan sin problema cuando se les explica que presentan TDAH o Síndrome de Asperger es más, es beneficioso para ellos porque de esa forma, eliminan muchos sentimientos de culpabilidad y fracaso. En cuanto a los compañeros, mi experiencia como orientador en Infantil y Primaria es que los niños no tienen prejuicios hacia los compañeros con necesidades educativas especiales y los aceptan sin problemas. A veces no requieren ninguna explicación. Saben que son diferentes y que necesitan una atención especial. Por otro lado, no podemos explicar a una clase que un niño presenta Trastorno del Espectro Autista, TDAH, o similar, si los padres no dan su consentimiento, ya que es una información personal y confidencial del niño que los profesionales no podemos compartir. En algún caso, han sido las propias familias, las que han informado a los demás niños qué le ocurría a su hijo.
¡Muchas gracias Jesús!
¿Quieres compartir con tus hijos?
No dejes de visitar estos blogs en los que las autoras han realizado una selección muy cuidada de cuentos infantiles para abordar el tema desde la primera infancia:
Y recuerda que los cuentos no son para dormir a los niños, son para despertar a los adultos ; )
¿Te interesa seguir profundizando en el tema?
Aquí tienes algunos documentos de referencia que he utilizado para la elaboración del artículo:
Guía informativa para familiares de alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales